La Firma Stop Killing Games supera el millón de firmas
El mundo de los videojuegos vive un momento histórico. La iniciativa Stop Killing Games, impulsada hace más de un año por el creador de contenido Ross Scott, ha superado recientemente la barrera del millón de firmas y se prepara para dar el salto al Parlamento Europeo con un objetivo claro: proteger los derechos de los jugadores frente a la práctica cada vez más habitual de cerrar juegos digitales y dejar a los consumidores sin acceso a los títulos que compraron.

La campaña nació como reacción directa a la polémica decisión de Ubisoft de cerrar los servidores de The Crew y no ofrecer ninguna alternativa offline, dejando completamente inutilizable un juego adquirido legítimamente por miles de jugadores. La frase de su CEO, asegurando que los jugadores digitales “no son propietarios” de sus juegos, encendió las alarmas y sentó las bases de un movimiento que busca blindar los derechos de los consumidores en la era digital.
Una industria cada vez más digital
Con el auge del formato digital, cada vez más usuarios optan por comprar sus juegos online, disfrutando de la comodidad y la inmediatez que ofrecen plataformas como Steam, PSN o Xbox Live. Sin embargo, este modelo también plantea una enorme incertidumbre: ¿qué pasa si un día desaparecen los servidores o una empresa decide dejar de ofrecer soporte a un juego?
Mientras plataformas como Steam han gozado de una cierta confianza gracias a la figura de Gabe Newell y su firme compromiso con los usuarios, casos como el de Ubisoft muestran que no siempre existe esa garantía. Para muchos jugadores, la idea de gastar dinero en títulos que podrían desaparecer sin remedio resulta inaceptable.
Medio millón de firmas en una semana
Aunque durante sus primeros meses la iniciativa parecía perder fuelle, en apenas una semana Stop Killing Games ha sumado más de 500.000 firmas, alcanzando así la cifra de un millón. Buena parte de este repunte se debe al apoyo masivo de grandes YouTubers y creadores de contenido que han usado sus plataformas para difundir el mensaje y animar a sus comunidades a participar.
La propuesta persigue que, si un juego online pierde sus servidores, las compañías estén obligadas a ofrecer un modo offline para asegurar que los usuarios puedan seguir disfrutando del título por el que pagaron. En esencia, se busca que los juegos digitales tengan las mismas garantías de propiedad que los formatos físicos.
Objetivo: 1,4 millones antes del 31 de julio
Ross Scott y su equipo tienen claro su próximo paso: llevar la propuesta al Parlamento Europeo y al Gobierno británico. Para ello, se han marcado la meta de alcanzar 1,4 millones de firmas antes del 31 de julio, cifra que parece cada vez más alcanzable dado el ritmo actual de apoyo.
Si quieres seguir el progreso de esta iniciativa en tiempo real, puedes consultar el tracker online que muestra el número de firmas y estadísticas actualizadas.

De lograrse, Stop Killing Games podría sentar un precedente histórico para garantizar que los videojuegos digitales realmente pertenezcan a quienes los compran, y no queden a merced de decisiones empresariales que puedan “matar” títulos y borrar recuerdos de la noche a la mañana.