Kingdom Come: Deliverance 2 Review

Seis años después del lanzamiento de Kingdom Come: Deliverance, la esperada secuela finalmente ha llegado, llevando a los jugadores de vuelta a la turbulenta Bohemia del siglo XV. Kingdom Come: Deliverance 2 no solo refina la jugabilidad de su predecesor, sino que amplía su mundo con más detalle, mejor narrativa y una mayor sensación de inmersión. Para quienes buscan un RPG sin concesiones, donde la historia se siente real, cada elección tiene consecuencias y la vida medieval se recrea con precisión casi enfermiza, este título es una obra maestra que merece la pena experimentar.

En un género dominado por mundos de fantasía y mecánicas accesibles, Kingdom Come: Deliverance 2 se mantiene fiel a su identidad: un simulador medieval desafiante y exigente, pero profundamente gratificante. No esperes poderes místicos, dragones o magia; aquí la clave es la estrategia, la planificación y la adaptación a un mundo en constante movimiento.

Ambientación espectacular

Si Kingdom Come: Deliverance ya destacaba por su realismo, su secuela lo lleva a otro nivel. Kuttenberg, la ciudad principal del juego, no es solo un escenario de fondo, sino un ecosistema en el que cada personaje sigue su rutina y reacciona dinámicamente al comportamiento del jugador. Los comerciantes conversan con los clientes, los borrachos provocan peleas en las tabernas y los campesinos trabajan la tierra según la hora del día.

Este mundo no gira en torno al protagonista, algo poco común en los RPG modernos. Henry no es un héroe legendario con un destino escrito; es un hombre común en un mundo que sigue su curso, sin importar si él está presente o no. Esta premisa refuerza la sensación de realismo y permite que la historia se desarrolle de forma orgánica.

El nivel de detalle en la ambientación es impresionante: la arquitectura, la vestimenta y las costumbres reflejan una exhaustiva investigación histórica. La iluminación y las mejoras gráficas permiten que los bosques, pueblos y castillos luzcan más vivos que nunca. Además, el sonido ambiental y la banda sonora dinámica complementan la experiencia, transportando al jugador directamente al siglo XV.

Historia sólida

La narrativa de Kingdom Come: Deliverance 2 retoma la historia justo donde terminó su predecesor, con Henry y Sir Hans Capon viajando a Trosky Castle en busca de apoyo contra el rey Sigismund de Luxemburgo. Sin embargo, las cosas no salen como esperaban, lo que desata una nueva serie de eventos que pondrán a prueba la lealtad y determinación de Henry.

Lo interesante de la historia es su equilibrio entre realismo y dramatismo. A diferencia de muchos RPG donde el jugador es el centro del universo, aquí Henry es solo una pieza más en un tablero político mucho más grande. Esto le otorga un peso especial a sus decisiones, pues cada acción puede influir en el desarrollo de los acontecimientos de formas sutiles pero significativas.

El juego hace un excelente trabajo en introducir a nuevos jugadores sin necesidad de haber completado el primer título. A través de diálogos, recuerdos y elecciones iniciales, los recién llegados pueden ponerse al día sin problemas. Sin embargo, quienes disfrutaron del primer juego sentirán un mayor impacto emocional en los eventos de la secuela.

Las misiones secundarias merecen una mención especial. No son simples recados, sino historias ricas en contenido y significado. Algunas involucran problemas políticos, otras conflictos religiosos o disputas personales, y cada una de ellas está diseñada para reforzar la sensación de estar en un mundo vivo y complejo.

Henry de Skalitz

A diferencia del primer juego, en el que Henry empezaba siendo un completo novato, en Kingdom Come: Deliverance 2 ya cuenta con cierta experiencia. Sin embargo, sigue siendo un personaje limitado por su condición humana. No es un guerrero imbatible ni un líder carismático desde el primer momento; su desarrollo dependerá de las decisiones del jugador.

El sistema de progresión sigue la lógica de The Elder Scrolls IV: Oblivion: mejoras las habilidades al usarlas. Si practicas la esgrima, serás mejor con la espada; si prefieres la diplomacia, tu habilidad de persuasión aumentará. Esto incentiva el roleo natural, sin forzar a los jugadores a elegir una clase rígida desde el principio.

Combate más satisfactorio

El sistema de combate ha sido simplificado, pero no «casualizado». En lugar de los cinco ángulos de ataque del primer juego, ahora hay cuatro, lo que hace que los enfrentamientos sean más fluidos y accesibles sin perder su profundidad estratégica.

El juego también premia la agresividad, algo que faltaba en su predecesor, donde los duelos podían volverse tediosos. Ahora, los ataques y bloqueos se sienten más naturales y menos mecánicos, haciendo que las peleas sean más intensas y satisfactorias.

Hay nuevas armas disponibles, algunas de ellas más fáciles de dominar que la espada tradicional, lo que permite a los jugadores adaptar su estilo de combate a sus preferencias personales.

Consecuencias de tus elecciónes

El pilar central de Kingdom Come: Deliverance 2 es su énfasis en la agencia del jugador. Cada decisión, desde la forma en que tratas a los NPC hasta las alianzas que eliges, tiene consecuencias a corto y largo plazo.

Esto se refleja en mecánicas como el sistema judicial. Si cometes un delito y te atrapan, tendrás que negociar, pagar una multa o incluso huir para evitar la prisión. Robar y asesinar pueden ser opciones, pero tienen un peso moral y estratégico que no se puede ignorar.

Incluso en situaciones cotidianas, como elegir qué decir en una conversación, el juego se asegura de que cada palabra tenga peso. Un mal comentario puede cerrarte puertas, mientras que una buena elección de palabras puede ayudarte a evitar conflictos innecesarios.

Dificultad y accesibilidad

Uno de los aspectos más criticados del primer juego fue su curva de aprendizaje. La secuela hace un mejor trabajo en guiar a los jugadores sin quitarles la sensación de desafío. Ahora es más fácil entender cómo funcionan la alquimia, el sigilo o la herrería sin necesidad de consultar guías externas.

Eso sí, sigue siendo un juego exigente. El sistema de guardado sigue limitado a dormir en camas específicas, salir del juego o usar la rara y costosa «Saviour Schnapps», lo que añade tensión a cada acción.

Conclusión: Un RPG único

Kingdom Come: Deliverance 2 es un testimonio de lo que un RPG de simulación medieval puede ser cuando se prioriza la autenticidad sobre la fantasía. Refinando la fórmula de su predecesor y expandiendo su mundo de manera significativa, ofrece una de las experiencias más inmersivas y gratificantes de los últimos años.

No es un juego para todos. Si buscas acción rápida y recompensas constantes, probablemente KCD2 no sea lo tuyo. Pero si disfrutas de los RPGs que te sumergen en un mundo creíble, donde cada decisión tiene peso y cada victoria se siente ganada, este es, sin duda, uno de los mejores juegos de rol de 2025.

📌 Nota final: 9.6/10 – Realismo, libertad y una historia que deja huella.