Review Death Stranding 2: Hideo Kojima 10/10
Sam Bridges regresa y el mundo sigue siendo un auténtico caos. Así podría resumirse el punto de partida de Death Stranding 2, la esperada secuela de Hideo Kojima que, según las primeras impresiones del equipo, logra ser una mejora notable respecto a la primera entrega, aunque manteniendo su esencia tan peculiar que, para bien o para mal, no es para todo el mundo.

Terreno conocido pero mejorado
Jugamos el título en una PS5 Pro, destacando que Death Stranding 2 no busca reinventar la rueda, sino perfeccionar la fórmula. El juego sigue girando en torno al transporte de paquetes a través de vastos parajes, enfrentamientos ocasionales con enemigos humanos y sobrenaturales, y ese toque casi místico que caracteriza el universo de Kojima.

Eso sí, aclara algo importante:
“Si no te gustó el primer juego, probablemente este tampoco lo hará.”
Y es que aunque la jugabilidad se ha pulido considerablemente, el corazón sigue siendo el de un “walking simulator” cargado de simbolismos y escenas cinematográficas largas.
Cambios clave en jugabilidad y ritmo
A pesar de mantener la misma base, Death Stranding 2 introduce mejoras sustanciales. Desde un ritmo narrativo más equilibrado —con menos horas de monólogos y más acción distribuida— hasta un sistema de combate mucho más ágil.

La exploración y la logística siguen siendo pilares, pero ahora el juego reparte herramientas útiles mucho antes, permitiendo usar vehículos, tirolinas, un monorraíl e incluso nuevas mecánicas como patrones climáticos dinámicos que afectan el terreno y obligan a replantear rutas sobre la marcha.
“Mientras que en el primer juego podía pasar horas rogando por un gran momento de historia, aquí siento que todo fluye mejor.”
Combate más sólido y nuevas mecánicas
Admitimos que el sigilo y la acción no llegan al nivel de un Metal Gear Solid V, pero reconocemos que los tiroteos y los enfrentamientos son más satisfactorios, con mejores armas, controles más responsivos y combates contra jefes bien planteados. Incluso las mecánicas de sigilo están más pulidas, permitiendo marcar enemigos y usar el entorno para evitar conflictos.

Eso sí, los temidos BTs —esas entidades espectrales que marcaron momentos de máxima tensión en el primer juego— parecen menos intimidantes en esta entrega. Ahora son más fáciles de ver y esquivar, restándole parte de esa atmósfera sobrecogedora que tenía la primera entrega.
El toque Kojima sigue intacto
Visualmente, Death Stranding 2 es impresionante. El protagonista, Sam Bridges, se siente más humano y activo en la historia, y los gráficos alcanzan un realismo casi inquietante. No faltan las celebridades con cameos inesperados, las rarezas narrativas y esa mezcla única entre lo solemne y lo ridículamente extraño que es sello personal de Kojima.

Aunque algunas tramas se sienten algo recicladas del primer juego y ciertos personajes no llegan a cuajar del todo, el conjunto logra mantener el interés hasta el final, ofreciendo momentos espectaculares y secuencias dignas de película.
¿Vale la pena?
En resumen, Death Stranding 2 es una secuela que amplía, pule y dinamiza la experiencia original, pero sin renunciar a ser tan peculiar y divisiva como siempre. Si el primer juego te atrapó, aquí encontrarás mucho que disfrutar. Si no, probablemente siga sin ser para ti.
“Si es tu tipo de juego, te espera una gran experiencia.”